Pensamientos catastróficos sobre el futuro.
Sobrepensar los mismos temas una y otra vez.
Problemas digestivos y pérdida del apetito.
Dificultad para concentrarse y vivir en presencia.
Sensación de que no puedes sentirte tranquilo/a o relajado/a.
Problemas para dormir.
Episodios intensos de miedo que te paralizan física y mentalmente (ataques de pánico).